Veinte centímetros


La creación no es hija de la felicidad sino de la carencia. Decirlo así resulta chocante y antinatural. Pensar que el arte es el contrapeso de una angustia y no fruto de la alegría parece un contrasentido. La idea, sin embargo, fue sugerida tenazmente por Jacques Lacan de una manera poco elegante. Desde el comienzo de los tiempos -llegó a decir- toda creación está contenida en los veinte centímetros que separan la mano de un hombre del culo de una mujer. Si llevara a término el gesto iniciado, es decir, si la mujer lo aceptara, bueno, eso podría terminar en coito...Pero no en creación. Si en cambio el hombre se privara del acto, si se impusiera la represión de su deseo, lo más probable es que regrese a su casa y componga la novena sinfonía, o que pinte la capilla sixtina, o que escriba La divina comedia o Cien años de soledad. ¿Lo dicho equivale a decir que todo artista encarna la frustración del ser? Negativo. No significa eso.

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